las letras hacen invisibles otras cosas
Sin perder nada, lo hallado no existe. Todo desaparece. Y como todas las cosas que en un instante verdadero alcanzan su protagonismo, en otros dejan de tener la emoción del amor. Dejo de reconocerme y es imprescindible volver a ser invisible, inexportable a los diferentes pretextos. Ya quedan atrás los momentos de reencuentro, las posibilidades, las justificaciones reveladoras, la magia influenciada por la palabra y los excelsos inalcanzables. Todo se mueve y no logro concebir más. Ni en la crítica ni en las cálidas corrientes de afecto me olvido de vosotros, ni olvido el atravesar nuevos espacios en el recorrido del tiempo. Hasta aquí he llegado con Península, con Rosebud. Conducido al ámbito de la reflexión y al encuentro con la reconstrucción de otras expresiones. La verdadera conclusión se produce cuando ya no hay nada que añadir.